Para cuidar las plantas existen numerosos nutrientes que podemos adquirir en el mercado. Entre los tipos de fertilizantes para plantas, podemos distinguir entre los sintéticos, orgánicos o naturales, de liberación rápida o de liberación lenta. Para decidir cuál es el más adecuado, debes basarte en lo rápido que las plantas necesitan los nutrientes.
Lo habitual es que una planta sana y madura no necesite fertilizantes; solo necesitan para vivir sol y el nivel adecuado de humedad; no sucede lo mismo con las plantas jóvenes y las que están en desarrollo, que necesitan una aplicación anual de un fertilizante de liberación lenta alrededor de la zona de las raíces. La primavera es la época idónea para llevar a cabo esta tarea.
La manera más segura de saber cuál es el mejor fertilizante para tus plantas, es analizar el suelo en el que crecen. Existen, en general, dos tipos de abonos: orgánicos y minerales.
Fertilizantes orgánicos
Entre los tipos de fertilizantes para plantas, destacan los abonos orgánicos que están hechos de productos naturales y por tanto son menos dañinos para el medio ambiente. Los más habituales son el estiércol, el compost o la turba. Se trata de productos que, aunque son más seguros para las plantas ofrecen un olor muy malo y, además pueden contener en su mezcla semillas de malas hierbas que aparecerán en primavera. También son más bajos en nutrientes y es necesaria más cantidad para el mismo efecto.
- Estiércol: los hay de vaca, caballo, oveja, etc.
- Compost: Consiste en aprovechar el resultado de la descomposición de restos orgánicos como ramas, hojas, o césped, entre otras. Aplicándolo, ayudamos a la regeneración de la vida microbiana de la tierra y además estamos mejorando la textura y composición química del suelo.
- Turba: la hay de dos tipos, negra y rubia. Se emplean mucho como base para preparar substratos para macetas y para hacer semilleros. También son buenas para adicionar al terreno.
Abonos químicos
Cuentan como peculiaridad que están desarrollados específicamente para la necesidad de cada planta. Como desventaja se encuentra que son más perjudiciales para el medio ambiente. Estos fertilizantes se clasifican según el contenido que tengan de los tres nutrientes más importantes, que son el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Denominamos fertilizante universal al que tiene en su composición un 10% de cada nutriente. Tienen la ventaja, respecto a los orgánicos, de que su composición está formada especialmente, además de los tres nutrientes anteriores, de otros necesarios para el buen crecimiento de la planta, como el calcio, magnesio, hierro, cobre, azufre o cloro, entre otros.
Además, contamos con abonos minerales, que se concentran en cápsulas pequeñas de vitaminas para las plantas y se presentan en diferentes formatos.
- Líquidos: se mezclan con el agua y se aplica directamente a las plantas o a la tierra.
- Bastoncitos: se introducen en la tierra y durante meses las plantas se alimentan de sus nutrientes.
- Granulado: el fertilizante menos costoso. Se añade a la tierra pero requiere de varias aplicaciones.
- Soluble en agua: se aplica mientras se riega y permite tener los nutrientes inmediatamente en las raíces o en las
Hay que tener cuidado en el uso abusivo de los abonos químicos, ya que al no contener productos orgánicos podría empobrecer el suelo a largo plazo. Recuerda que cuentas con el Seguro de Hogar MAPFRE podrás disponer de un servicio que te ayude ante cualquier imprevisto que surja en tu jardín o en cualquier estancia de tu hogar.
TIPOS DE ABONOS |
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